Caballeros de viriconium

Uno de los máximos exponentes de aquella época fue Robert Silverberg que forjó una sólida carrera literaria en aquellos finales de los sesenta y comienzos de los setenta, pero hasta ahora no había visto tan claramente estas ganas de "romper" estereotipos, de mezclar géneros y en definitiva de construir una literatura de género nueva y eficaz dejando atrás los argumentos de toda la vida como en La Ciudad Pastel, la principal novela de que se compone Caballeros de Viriconium.
M. John Harrison era un desconocido para mí y no me he lanzado a leer su obra hasta haber estudiado algunas críticas en los medios especializados. De una parte, su estilo directo me gusta: Es sencillo pero con sutilezas que rallan lo poético. Es demoledor como el mejor Sapkowski pero también tiene tiempo por ofrecernos instantes de reflexión en un trasfondo de denuncia sobre las tendencias devastadoras de la humanidad, el ecologismo y en definitiva por todo aquello que empezaba a preocupar a las mentes inquietas de los años setenta.
Y esto en parte es dado por el argumento: Nos encontramos con una Tierra miles de años en el futuro, dónde incontables civilizaciones han dejado su huella, las últimas con capacidades para llegar incluso a las estrellas pero ahora nos hallamos en un periodo de decadencia, donde el feudalismo más conservador reina las tierras baldías que ha dejado la última de las civilizaciones, la última de las Culturas del atardecer. Aquí, en medio de este entorno, donde los personajes intentan aprovechar las últimas reliquias científicas que les restan, unas armas y enseres que no entienden y que no saben reproducir, se desarrolla una trama que recuerda a cualquier historia fantástica. En este punto quizás el autor no sabe escapar de un argumento a veces predecible, pero se sale muy bien mezclando la ciencia con los aires arcaicos de la fantasea épica más clásica.
Pero no nos engañamos, Caballeros de Viriconium no tiene prácticamente nada de fantástica, Nos encontramos con una historia de CF integrada en un argumento arquetípico de fantasía épica. Harrison también va un paso més allá con los personajes: Presenta una collección de veteranos que tiempos ha hicieron méritos pero que ahora se encuentran ya en una edad poco elegante para ir luchando por los caminos, como si se tratara de los Space Cowboys de Clint Eastwood (salvando las obvias distancias). Este toque nostálgico pero maduro ya supone una diferencia importante con respecto a otras obras de la misma época.
La novela La Ciudad pastel es autocunclusiva y está acompañada de tres cuentos ambientados en diferentes épocas de la historia de Viriconium (escritos 15 años más tarde). La verdad es que no aportan nada y son bastante prescindibles. Se nota el cambio de estilo del autor en estos años. Supongo que el editor ha creído conveniente incluirlos por dar una idea más global al mundo de Viriconium, (o para engrosar el número de páginas puesto que la novela en sí no es extensa), pero creo que en general restan aptitudes en vez de sumar.
En definitiva, si esta obra se un reclamo de la new wave de los setenta, viva la new wave! Y que vuelva pronto! o quizás ahora se muestra bajo otro nombre? quizás bajo el nombre de China Miéville?
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